"Delante de una masa delicadamente aligerada de su peso, y de apariencia tan simple, nadie se daba cuenta de que era conducido hacia un estremecimiento de felicidad por unas curvas imperceptibles, por unas inflexiones mínimas y omnipotentes; y por aquellas profundas combinaciones de lo regular o lo irregular que el artista había introducido y escondido y hecho tan imperiosas que se tornaron indefinibles. Ellas impulsaban al observador, dócil en su presencia invisible, a pasar de una visión a otra y de grandes silencios a murmullos de placer, a medida que avanzaba, retrocedía, volvía a acercarse, a medida que erraba alrededor de la obra, movido por ella, juguete de la admiración.«Quiero,» decía el hombre de Megara [el arquitecto Eupalinos], «que mi templo conmueva a los hombres como los conmueve el objeto de su amor.»"
"Eupalinos." - Paul Valéry.
"Eupalinos." - Paul Valéry.
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