14.7.09

"Si qué."

Imagen: Contrapicadísimo granangularizado. Créditos al autor.

"Cuando el sol se alejó del jardín, y la luna lanzó sus mullidos rayos sobre las flores, me senté bajo los árboles a meditar sobre el fenómeno de la atmósfera, contemplando entre las ramas la profusión de estrellas que resplandecían como plateadas motas sobre alfombra azul; y pude oír a la distancia el agitado murmullo del arroyo, que saltarín y presuroso se encaminaba hacia el valle.

  Cuando las aves se guarecieron entre las ramas y las flores plegaron sus pétalos, y cayó el terrible silencio, escuché el susurro de unos pasos en la hierba. Agucé el oído y vi que una joven pareja se aproximaba a mi árbol. Se sentaron bajo sus ramas desde donde podía verlos sin ser visto.

  El joven miró hacia uno y otro lado, y luego oí que decía:

  -Siéntate a mi lado, amada mía, y escucha mi corazón; sonríe, que tu felicidad es el símbolo de nuestro futuro; sé dichosa, que los días luminosos se regocijan con nosotros. Mi alma me alerta de la duda de tu corazón, porque dudar del amor es pecado.

  -Pronto serás la dueña de este vasto territorio, iluminado por esta luna maravillosa; pronto serás la señora de mi palacio y los siervos y criados estarán a tus órdenes. Sonríe, amada mía, como sonríe el oro de las arcas de mi padre.

  -Mi corazón rehusa negarte su secreto. Doce meses de viajes y placer nos aguardan; pasaremos un año derrochando el oro de mi padre en los azules lagos de Suiza, y contemplando los monumentos de Italia y Egipto, y descansando bajo los Sagrados Cedros del Líbano; conocerás a las princesas que te envidiarán las joyas y vestidos. Todo esto haré por ti; ¿Estarás satisfecha?

  Pronto los vi pisotear las flores como los ricos pisotean los corazones de los pobres. Cuando se alejaron de mi vista comencé a hacer comparaciones entre el dinero y el amor, y a analizar el lugar que ocupaban en mi corazón.

  ¡Dinero! ¡Origen del amor insincero, fuente de falsa luz y fortuna; manantial de aguas contaminadas; desesperanza de la ancianidad!

  Aún vagaba por el vasto desierto de la meditación cuando una pareja desaliñada y espectral pasó junto a mí y fue a sentarse en la hierba; dos jóvenes, un hombre y una mujer, que habían salido de la choza de su granja cercana para venir a este sitio desapacible y solitario.

  Después de unos instantes de completo silencio, escuché las siguientes palabras, pronunciadas entre suspiros por entristecidos labios:

  -No derrames lágrimas, amada mía; el amor que abre nuestros ojos y esclaviza nuestros corazones nos brinda las bondades de la paciencia. Consuélate de nuestra demora, porque hemos hecho un voto y hemos penetrado en el santuario del Amor; porque nuestro amor crecerá en la adversidad; porque en nombre del Amor padecemos los obstáculos de la pobreza y el rigor de la desdicha y el vacío de la separación. Combatiré estas penurias hasta triunfar, y poner en tus manos el valor que te ayudará a pesar de todo a completar el viaje por la vida.

  -El amor -que es Dios- recibirá nuestras lágrimas y suspiros como incienso quemado ante Su altar, y nos recompensará con fortaleza. Adiós, amada mía; debo irme antes que la pálida luna se desvanezca.

  Una voz pura, hecha de la exigua llama del amor, y de la desesperanzada amargura del anhelo, y de la decidida dulzura de la paciencia, dijo:

  -Adiós, Amada mía.

  Se separaron, y la elegía de su unión fue velada por los gemidos de mi lloroso corazón. Contemplé la aletargada Naturaleza, y reflexionando profundamente descubrí la realidad de un hecho numeroso e infinito: lo que ninguna fuerza puede exigir, ni influencia adquirir, ni riqueza perseguir. No puede ser borrado por las lágrimas del tiempo ni muerto por la tristeza; algo que ni los azules lagos de Suiza ni los maravillosos monumentos de Italia pueden revelar.

  Es algo que se fortalece con la paciencia, crece a pesar de los obstáculos, se guarece en invierno, florece en primavera, hace soplar la brisa en verano y da frutos en otoño: hallé al Amor."

"Lágrimas y sonrisas." - Khalil Gibran.

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